Santa Mónica: orante, pacificadora, mística y filósofa
25.08.2021 - 23:50:40 | 4 minutos de leitura
Algunos rasgos de la personalidad de la madre de san Agustín
Fray Nicolás Vigo | La familia agustiniana celebra el 27 de agosto la fiesta de santa Mónica, la madre de san Agustín. Ella ha pasado al santoral como una mujer de la oración insistente y confiada, segura de sí misma, convencida del buena hacer de Dios en la historia de los seres humanos; pero también como la mujer enérgica, apasionada y capaz de cualquier esfuerzo por defender su fe.
Bajo este espíritu, recogemos algunas declaraciones de fray Enrique Eguiarte, en una entrevista que ofreció a Santa Mónica Radio, sobre la personalidad de la santa.
Sobre ello, el agustino recoleto, historiador y teólogo pone el acento en algunas cualidades de la santa que la pintan como cercana y profundamente cristiana.
En primer lugar, pone aclara sobre la capacidad mediadora de Mónica: «San Agustín habla en las Confesiones sobre la cualidad que tenía Mónica de reconciliar a las personas que estaban enemistadas». Esto lo vivió en carne propia, ya que tuvo que reconciliarse con su suegra, porque las habladurías sobre Mónica, por parte de algunas conocidas, habían hecho que ella se forme una mala imagen de su nuera: «Ella tuvo un don enorme para ganarse a su suegra», manifiesta.
Del mismo, modo recuerda la piedad de Mónica: «En el tiempo de santa Mónica se tenía la misa una vez al día, pero ella iba a la iglesia dos veces; una a la misa, y la otra, a orar por la conversión de su hijo por la conversión de su propio esposo. Por ello, Mónica era muy devota. Estaba convencida de la fuerza y del poder de la oración».
Igualmente, habla de Mónica como una mujer valiente, que supera el miedo y se lanza a la aventura. Esto lo demuestra cuando va detrás del hijo que se ha había escapado de casa. «Los viajes en ese tiempo eran muy peligrosos. El barco en el que iba santa Mónica iba a naufragar. Esto lo cuenta san Agustín. Cuando el barco está por hundirse y los marinos desesperados, Mónica les dice que ella ha tenido un sueño, en el que la nave llegaba al puerto. Con esas palabras, y con la forma como lo dijo, santa Mónica animó a los marinos; ellos hicieron un mayor esfuerzo y pudieron salir de la tormenta. El barco llegó a buen puerto».
Del mismo modo, sobre el carácter de la santa precisa: «Era una mujer de carácter dulce, pero a la vez tenía algunos elementos fuertes. De hecho, san Agustín la presenta como una mujer con carácter varonil, con rasgos marcadamente más masculinos que femeninos».
Mónica también fue luchadora y cercana a san Ambrosio. Cuando el emperador decide entregar la basílica de Milán a los eunucos, san Ambrosio contesta que antes, se le tiene que degollar. Curiosamente, en este hecho histórico, aparece Mónica junto a otros fieles defendiendo la iglesia. Sobre ello, el historiador de la Orden, dice: «En la Confesiones, en los acontecimientos de la Semana santa del 386, cuando la emperatriz Justina quiere entregar la basílica a los arrianos para que celebren su propia Pascua, san Ambrosio le dice que venga a por ella, pero que él va a estar dentro, rezando con los fieles. Allí también estaba Mónica. El emperador mando tropas para hacer una presión psicológica, pero el desenlace fue glorioso porque se descubrió los cuerpos de dos mártires Gervasio y Protasio. Fue un hecho milagroso y la gente quería venerarlos. Ante ello, el ejército se retiró».
Mónica también practicó la filosofía. Eguiarte, recoge que, en las Confesiones, «san Agustín dice que él aprendió filosofía en el foro; mientras que su madre aprendió en la «escuela del corazón», en donde ha sido formada por el maestro interior. Era una gran filósofa. De hecho, en Beata vita san Agustín confiesa que quiere se discípulo de ella, porque reconoce la doctrina y la ciencia que ella tiene, porque Dios le ha dado la sabiduría del corazón. Era una gran filósofa porque conocida los misterios desde la perspectiva de Dios, una filósofa cristiana».
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