Los Agustinos Recoletos en sintonía con la Rogativa del mes de mayo en Venezuela

Fray Roberto Mason | ¡Muchas veces no tenemos tiempo para cuidarnos porque vivimos siempre apresurados! Los caminos de Nuestro Señor son realmente misteriosos y con la situación causada por el coronavirus, llegó el momento de replantearnos cuidar nuestra salud fisica y espiritual. En cuarentena algunos pueden trabajar desde sus hogares, pero todos podemos servir desde el corazón haciendo el bien como nos sea posible.

Venezuela se une a la propuesta del Papa Francisco de redescubrir la belleza del santo Rosario durante el mes de mayo, implorando al Dios Uno y Trino, en unión con la Santísima Virgen el fin de la pandemia y la unión de todas las familias en estos tiempos de cuarentena. Debemos orar perseverantemente por el fin de la peste del COVID 19, y que toda esta gran tragedia sirva para tener una experiencia profunda y personal con nuestro Señor Jesús, y se fortalezca y valorice más a las familias y las relaciones entre las personas.

En su audiencia general el jueves 14 de mayo de 2020, por ocasión de la Jornada Mundial de Oración, Ayuno y Caridad, el Papa Francisco nos brindó con estas palabras: “La oración pertenece a todos: a los hombres de cada religión y probablemente también a los que no profesan ninguna. La oración nace en lo secreto de nosotros mismos, en este lugar interior que a menudo los autores espirituales llaman ‘corazón’.”

Los Agustinos Recoletos, en sintonía con la Iglesia Universal, Local y a las necesidades - especialmente espirituales - del pueblo de Venezuela, que se encuentra muy castigado por la realidad del país, la cual se ha agravado por la situación del coronavirus, atiende al pedido de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) a los discípulos misioneros de Jesús invitando a todos los católicos y personas de buena voluntad en Venezuela a orar con perseverancia (Cfr. I Tesalonicenses 5,17) durante este mes de mayo de 2020 por el fin de la pandemia de COVID-19.

Como discípulos misioneros de Jesús según el carisma de San Agustín, los Agustinos Recoletos se unen al pueblo de Venezuela para tener una oración intensa, pero a la vez sencilla, para implorar a la Santísima Trinidad, junto con la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Coromoto (Patrona de Venezuela), a pedir pronto por el fin de la pandemia del coronavirus, que aquellos que han enfermado se sanen pronto, que no se propague más el virus y que los que fallecieron reciban la luz perpetua de nuestro creador.

Los ministerios atendidos por los Agustinos Recoletos se desdoblan para colocar en acción la Rogativa de mayo en diversas actividades pastorales que congregan los católicos y personas de buena voluntad a orar en comunidad. Sea por la reunión física de los frailes en sus comunidades recoletas o por los encuentros virtuales con el pueblo de Dios en las redes sociales, estamos todos unidos por el factor común de la oración concretizada en la Rogativa de mayo, lo que fortalece la unión de nuestros esfuerzos y, en una gran familia de familias, vivenciamos la misión permanente en comunidad, como verdaderas Iglesias domésticas. San Juan Pablo II, en los preparativos para su primera visita a Venezuela en 1985 declaró que “Familia que reza unida, permanece unida.”

Como venezolanos nos necesitamos todos y necesitamos la fuerza espiritual que viene de Dios para mantenernos firmes y promover el bien común. Somos familia que reza unida y permanece unida en la solidaridad con los más vulnerables. Sabiendo que nadie se salva solo, la Rogativa de mayo en Venezuela es una obra de misericordia en favor del pueblo de Dios, a lo cual los agustinos recoletos se unen para implorar a Dios que ayúdenos a superar la pandemia del coronavirus.